Alquilé un coche con recogida y devolución en el aeropuerto. Ninguna duda sobre la organización: el arrendador me recibió en el aeropuerto, me entregó el coche, firmé un contrato preparado de antemano, me subí y me fui. A la vuelta acordamos encontrarnos en la ciudad, el arrendador proporcionó transporte al aeropuerto. El coche no es nuevo, pero está en buenas condiciones. Hay una limitación en el kilometraje y la ubicación, los viajeros que planean un viaje fuera de la ciudad deben estar dispuestos a pre-organizar la ruta con el arrendador. Ahora un matiz importante. Como viajero con más de 20 años de experiencia, es la primera vez que me encuentro con una cláusula sobre multas por exceso de velocidad por parte del arrendador. Se trata de las multas del arrendador, no de la policía de tráfico. (las multas oficiales son la práctica normal, si infringes - pagas, todo es justo) Como resultado, el casero, que rastrea la ruta por GPS, cobró unos 30.000 rublos rusos por cada menor que superara los 100 km/hora. Se colocaron pantallas: todos los excesos en una carretera rural vacía. Tras largas negociaciones, llegamos a un acuerdo de 10 toneladas de rublos. Desde el punto de vista legal, no hay dudas, la cláusula está en el contrato, pero para la gente que aún no se ha encontrado con un plan así, puede ser una trampa.